La segunda opción, la representa la oposición tradicional, con características excluyentes (recuérdese que se estaban cobrando 60 millones a todo aquel que quisiera ser candidato); que, al igual que al gobierno, también le interesa mantener al país polarizado: sin un proyecto de país que los una dado el antagonismo ideológico de quienes allí están (coexisten, por ejemplo , Bandera Roja que se define marxista leninista, Causa Radical, de centro izquierda y grupos de la extrema derecha) sin un liderazgo real que los unifique, llena de ambiciones personales, unida solamente por la obsesión antichavista, negando todo lo que haga o diga Chávez, aun cuando pueda ser bueno para las mayorías, y afirmando todo lo que sea antichavista, aun cuando pueda ser negativo para el país. Esta obsesión enfermiza, falta de entereza y objetividad los lleva a que no terminen de presentarse como una alternativa que se perciba como verdaderamente válida para las grandes mayorías.
La tercera opción, en la cual me inscribo, reconoce que el país es mucho mas allá de gobierno y oposición, que este es un pueblo variopinto, diverso, alegre y jodedor, donde todo el mundo tiene el derecho a pensar como le venga en gana, siempre y cuando respeten la Constitución y las Leyes, que este no es un pueblo solo de blancos y negros: aquí hay zambos, trigueños, amarillos, caucásicos, extranjeros, ricos, pobres, clases medias, indigentes y gays, y todos son merecedores de los derechos. Reconocemos el dialogo entre todos los venezolanos como condición para avanzar a través de los acuerdos. Estamos en contra del terrorismo, tanto quienes lo practican disfrazado de un discurso revolucionario, como de quienes lo ejecutan validos de su condición de superpotencia mundial, creemos en un desarrollo ecológico sustentable, en armonía con la naturaleza, opuesto al modelo de desarrollo que se nos propone en nombre del capitalismo y en nombre de socialismo creemos en un modelo económico mixto, donde se respete la propiedad privada bien habida, la propiedad individual, modelos cooperativos, mixtos o estatal. El que trabaja con honradez y con su esfuerzo propio tiene el derecho a disfrutar el fruto de su trabajo.
La decisión es de todos. O rompemos la polarización o seguimos en un camino que no conduce a nada
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