martes, 12 de abril de 2011

“Makled es uno de esos casos que puede poner patas arriba un país”

HERRAMIENTAS

En su columna de hoy, Vladimir Villegas expresa su interés en el esclarecimiento del caso Makled, investigación que “seguramente pondrá a unos cuantos a temblar” y expresó que lo último que quiere el país es que se instale “una narcopolítica o una narcocracia” como consecuencia de la impunidad.
Esto es lo que escribe Vladimir Villegas, tal como lo publica El Nacional:

Por supuesto que es muy difícil creerle a un narcotraficante o a cualquier delincuente. Sus palabras o sus declaraciones estarán destinadas a buscar la mejor manera de salvarse o al menos de compartir las culpas y, de ser posible, echar al pajón a cualquiera de sus cómplices, sobre todo si lo han dejado solo, enfrentando la real posibilidad de un largo período en la cárcel.
Pero también es difícil no ponerle atención a un individuo que antes de caer en las garras de las autoridades gozaba de no pocas prebendas y cercanías con el poder político y, según él mismo dice, con miembros de la FAN. Walid Makled es uno de esos casos que pueden poner patas arriba un país o, al menos, a sus instituciones. Se trata nada más y nada menos que de un narco convicto y confeso que dice tener pruebas para demostrar sus vínculos ilícitos con parlamentarios y militares.
Y paga con ese billete porque no tiene sencillo…
Países que han caído en las garras del narcotráfico pagaron bien caro la complicidad con los carteles de la droga, que llegaron a tener poder político.
Colombia es el mejor ejemplo de cómo ese asqueroso negocio penetró hasta los tuétanos la sociedad. Y en México no es menos aterrador el cuadro.
Las matanzas ejecutadas por los narcos dejan pálidas las acciones criminales que vimos y vemos en Colombia, y que costaron la vida de miles de personas, entre ellos altos funcionarios de gobierno, candidatos presidenciales, jueces, luchadores sociales que se atrevieron a enfrentar con dignidad a las bandas dedicadas al negocio de la cocaína, la marihuana y otras drogas.
Por eso, todo lo que diga Makled tiene que ser investigado. Es una tremenda oportunidad para que se imponga la transparencia en lugar del silencio cobarde o cómplice, y para que salga a flote lo que tiene que salir, porque con toda la luz verde que tuvo ese individuo para amasar una fortuna que le permitía a él y a familiares jugosos contratos y hacer proselitismo regalando electrodomésticos e intentando comprar apoyos políticos y partidistas a punta de billete, seguramente una investigación exhaustiva e imparcial pondrá a unos cuantos a temblar. Es más, diría que la transparencia en la investigación es el mejor antídoto frente a una muy probable corrosión institucional que se nos vendría encima a corto o mediano plazo si apenas queda la sensación de que se puede andar en malos pasos con negocios como esos y gozar de impunidad.
Los venezolanos tenemos derecho de saber si una parte o todo lo que dice Walid Makled es cierto. No cabe duda de que sus afirmaciones seguramente servirán para que los factores nacionales e internacionales que adversan el gobierno de Hugo Chávez saquen algún tipo de provecho político. Pero eso se vendría abajo si desde las instituciones del Estado y desde el Poder Ejecutivo la señal es inequívoca en cuanto al interés de llegar hasta el hueso en un escándalo como ese. Por el contrario, si el accionar de quienes tienen que investigar el caso delata la intención de hacer fintas que no lleven al fondo del asunto y a la verdad, bien merecido tendrían tanto el Ejecutivo como los demás poderes que se arrojen sobre ellos todo tipo de sospechas. Así de simple.
Me imagino que en el propio seno del Gobierno, de la Fuerza Armada Nacional y del Partido Socialista Unido de Venezuela hay mucha inquietud frente a este caso. Igual que en la oposición. Porque la absoluta mayoría de los venezolanos lo último que desearíamos es que nuestro país sea pasto de la narcopolítica y que se instale, con toda la impunidad del mundo, una narcocracia como ocurrió con nuestra vecina nación. Por fortuna estamos a tiempo de impedirlo. Que hable Makled, que presente sus pruebas, si las tiene. Y que caiga quien caiga.

“Desembuche, señor Makled”

Por: Vladimir Villegas
El Nacional

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