domingo, 18 de julio de 2010

ORLANDO ZAMBRANO: El 26 de septiembre tu escoges tu opción

Venezolanos: el próximo 26 de septiembre acudimos a un evento electoral definitorio del destino de nuestro país. No hay dudas de ello. El curso de los acontecimientos y el entramado legal que, apresuradamente, se está montando así lo confirman. Los venezolanos tendremos la posibilidad de escoger entre tres opciones. La primera de ellas, la representa el presidente Hugo Chávez , un modelo personalista, con un partido único polarizado con el resto, un esquema de pensamiento único; un líder mesiánico que se cree la reencarnación de Bolívar, y peor aún, la reencarnación de Dios en la Tierra, manifestado en la usurpación de una frase Bíblica: CON DIOS TODO SIN DIOS NADA, la cual fue cambiada por CON CHAVEZ TODO SIN CHAVEZ NADA; que no quiere liderazgos intermedios, por ello se propone acabar con gobernaciones y alcaldías; que no acepta la separación de los poderes públicos sino que desea que todos se les sublimen a los designios del rey; que no acepta competencia de su liderazgo, por ello cuando alguien asoma como potencial candidato presidencial los acaba, los destruye (casos Raúl Baduel, Manuitt, Rosales y Henry Falcón); que reconoce derechos de los ciudadanos solamente a los que se identifican con el rojo rojito; que concibe que toda la economía debe estar en manos de la burocracia del Estado aunque todas las empresas fracasen y estén quebradas; que utiliza el miedo, el chantaje y las amenazas como mecanismos para obligar a la gente a votar rojo rojito; que prohíbe la protesta popular (hay más 1.800 trabajadores en régimen de presentación judicial por haber protestado), En fin un modelo donde el todopoderoso presidente es el que tiene el poder para definir quién es el bueno y quien es el malo, quien va preso o quien puede estar libre, quien es revolucionario o quien es traidor a la patria, quien es corrupto y quien es inmaculado.
La segunda opción, la representa la oposición tradicional, con características excluyentes (recuérdese que se estaban cobrando 60 millones a todo aquel que quisiera ser candidato); que, al igual que al gobierno, también le interesa mantener al país polarizado: sin un proyecto de país que los una dado el antagonismo ideológico de quienes allí están (coexisten, por ejemplo , Bandera Roja que se define marxista leninista, Causa Radical, de centro izquierda y grupos de la extrema derecha) sin un liderazgo real que los unifique, llena de ambiciones personales, unida solamente por la obsesión antichavista, negando todo lo que haga o diga Chávez, aun cuando pueda ser bueno para las mayorías, y afirmando todo lo que sea antichavista, aun cuando pueda ser negativo para el país. Esta obsesión enfermiza, falta de entereza y objetividad los lleva a que no terminen de presentarse como una alternativa que se perciba como verdaderamente válida para las grandes mayorías.
La tercera opción, en la cual me inscribo, reconoce que el país es mucho mas allá de gobierno y oposición, que este es un pueblo variopinto, diverso, alegre y jodedor, donde todo el mundo tiene el derecho a pensar como le venga en gana, siempre y cuando respeten la Constitución y las Leyes, que este no es un pueblo solo de blancos y negros: aquí hay zambos, trigueños, amarillos, caucásicos, extranjeros, ricos, pobres, clases medias, indigentes y gays, y todos son merecedores de los derechos. Reconocemos el dialogo entre todos los venezolanos como condición para avanzar a través de los acuerdos. Estamos en contra del terrorismo, tanto quienes lo practican disfrazado de un discurso revolucionario, como de quienes lo ejecutan validos de su condición de superpotencia mundial, creemos en un desarrollo ecológico sustentable, en armonía con la naturaleza, opuesto al modelo de desarrollo que se nos propone en nombre del capitalismo y en nombre de socialismo creemos en un modelo económico mixto, donde se respete la propiedad privada bien habida, la propiedad individual, modelos cooperativos, mixtos o estatal. El que trabaja con honradez y con su esfuerzo propio tiene el derecho a disfrutar el fruto de su trabajo.
La decisión es de todos. O rompemos la polarización o seguimos en un camino que no conduce a nada

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